La diputada de Vox utiliza su vestuario para lanzar proclamas antifeministas y también puso al borde de las lágrimas a la secretaria de Estado de Igualdad
En una semana de virulentos ataques contra Irene Montero por la rebaja de penos a agresores sexuales al aplicarles la ley del “sólo sí es sí”, el comentario vejatorio y machista de la diputada de Vox, Carla Toscano, contra la ministra de Igualdad ha provocado una tormenta política de considerables dimensiones.
Todo ocurría este miércoles en el Congreso de los Diputados durante el debate de los Presupuestos del Ministerio de Igualdad. Toscano subió a la tribuna de la Cámara Baja para tachar a la ministra de “libertadora de violadores” y para decirle que su ”único mérito” había sido “estudiar en profundidad a Pablo Iglesias”.
El vicepresidente primero de la Mesa del Congreso, Alfonso González de Celis, llamó al orden a la diputada y anunció que las palabras de Toscano serían retiradas del diario de sesiones. Pero Montero, muy emocionada y con lágrimas en los ojos, solicitó que sí se incorporara al diario de sesiones la “violencia política que se está ejerciendo en este momento en la sede de la soberanía popular” para que “no se borre” y después de ella “no venga ninguna”.
“Que todo el mundo la pueda recordar y se sepa que las feministas y demócratas somos más y les vamos a parar los pies a esta banda de fascistas con más derechos”, añadió Montero, quien recibió un largo aplauso de los parlamentarios antes de abandonar emocionada el hemiciclo.
Lo cierto es que Carla Toscano es una diputada abonada a las polémicas. Con 45 años recién cumplidos y licenciada en Derecho por la Universidad Complutense, la dirigente de Vox es una furibunda antifeminista. Son múltiples los incómodos momentos que ha protagonizado en la comisión de seguimiento y evaluación de los Acuerdos del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género.
A principios de este año, también puso al borde de las lágrimas a la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez. “Me lo hace pasar mal, se me acelera el corazón. Hace que me tiemble la voz y las manos y que me den ganas de llorar, se lo digo de verdad”, aseguraba la dirigente, víctima de violencia machista. “La realidad es que hay mujeres maltratadas que están solas que no les llegan una mínima parte de los millones que ustedes manejan. Se lo gastan todo en su tinglado feminista y en farolillos morados”, le dije Toscano.
La diputada de Vox usa habitualmente su outfit para lanzar proclamas antifeministas. En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer de hace dos años apareció en el Congreso vistiendo una camiseta donde se podía leer “feminist tears” (‘lágrimas feministas’) y en otra ocasión apareció con el lema “Not me too”, en clara oposición al movimiento feminista ‘me too’. ‘Keep calm and ignore feminazis (Mantén la calma e ignora a las feminazis)’, ‘La verdad es el nuevo discurso de odio’, ‘El feminismo no es a favor de la mujer es antihombres’, ‘El feminismo no es igualdad’, ‘SOS denuncias falsas de violencia de género’ o ‘Unborn lives matter (Las vidas por nacer importan)’, son otras de las frases que se han podido leer en su vestuario. “Feministas, voy a ser breve: dais asco”, resumió un día en Twitter.
Una de sus intervenciones más sonadas en el Congreso se produjo hace unos meses al asegurar que echaba de menos los piropos de hombres dirigidos a mujeres por la calle. ”¿Recuerdan aquello de ‘eso es un cuerpo y no el de la Guardia Civil’? Es una pena que su odio a la belleza y al hombre nos hagan perder esas muestras de admiración e ingenio”, dijo ante la sorpresa de muchos y muchas.
Apasionada del rock y la fotografía, Toscano es madre de dos hijos. En sus redes sociales asegura que trabaja “por la verdad, el bien y la belleza”, aunque también se ha desmarcado con mensajes negacionistas sobre el cambio climático o criticando el gasto en preservativos para el Orgullo LGBTI. “14.900€ para compra de lubricante y empaquetado de preservativos extraforte para sexo anal en el orgullo LGTBI. Esto es lo que se hace con nuestro dinero”, escribió un día en un tuit.
Abascal la reclutó por el importante “activismo antifeminista” que ya desplegaba incluso antes de entrar en Vox. En sus redes sociales, además de lucir sus camisetas con mensajes en contra de las leyes de igualdad o a favor de Donald Trump, también muestra sus creencias católicas y su amor por la Legión española, de quien portaba mascarillas de manera habitual durante los peores meses de la pandemia.
Por dicho “activismo antifeminista” en el Congreso de los Diputados, Toscano gana más de 71.000 euros al año. En su declaración de bienes de 2019, figura como propietaria de una vivienda de dos plantas en Jerez de la Frontera por cuyo alquiler percibe una renta de 800 euros mensuales. Además, tiene una participación del 37,5% de seis fincas rústicas en Asturias, un golf del 98 y acciones por valor de 96.000 euros en una sociedad limitada. Como deuda, dos hipotecas de 134.000 euros.
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