Chavela Vargas ‘vive’ libre y sin yugos, a 10 años de su muerte  

Redacción
2022-08-05

A 10 años de su muerte, sigue siendo un referente de lucha y orgullo. La cantante es recordada por su manera de interpretar la canción mexicana y su forma de amar, lejos de los estereotipos y las ataduras

 


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Ni la muerte ha silenciado la voz de “La Chamana” Chavela Vargas. Su dolor, coraje y pasión han vencido al tiempo, a través de sus canciones, que continúan sonando a 10 años de su muerte, y de su ejemplo, porque con fortaleza desafió los estándares e hizo de sueños realidades.

 

Nació con el nombre de María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano un 17 de abril de 1919 en el barrio San Joaquín de Flores, en Heredia, Costa Rica, pero murió como Chavela Vargas un 5 de agosto de 2012, siendo más mexicana que el tequila.

 

“Me voy con México en el corazón”, fueron de sus últimas palabras que dijo, de acuerdo con sus familiares, antes de exhalar por última vez a los 93 años en Cuernavaca, Morelos.

 

“La suerte de Chavela es insospechada, porque muy poca gente sobrevive a la muerte como lo ha hecho ella, 10 años después la recordamos y, creo yo, la sentimos presente, sigue ejerciendo su magisterio”, asegura Pável Granados, director general de la Fonoteca Nacional de México.

 

María Cortina Icaza, heredera de la obra de Vargas, recuerda que la cantante lanzaba mensajes a la juventud para que rompieran sus temores y se aventaran como ella a la vida. Su andar fue ejemplo de la libertad por la que había luchado desde pequeña.

 

“He tenido que luchar para ser yo y que se me respete, y llevar ese estigma, para mí, es un orgullo. Llevar el nombre de lesbiana. No voy presumiendo, no lo voy pregonando, pero no lo niego”, afirmaba la cantante sobre su sexualidad.

 

Con su voz desgarró el alma de personas tanto en cantinas como en palacios. “Macorina”, “La Llorona”, “Amanecí en tus brazos”, “Ella”, “En el último trago”, “Gracias a la vida”, “No soy de aquí, ni soy de allá”, y “Maringa, son algunos de los éxitos de esta intérprete.

 

Hizo de las desgracias su canto y de sus soledades amores. Mientras a las rancheras les quitó su lado festivo y las vistió de desolación, ella dejó los vestidos y se puso pantalones de manta, llevando como estandarte su tan emblemático poncho rojo.

 

Una de sus últimas presentaciones que tuvo en México fue en la sala principal del Palacio de Bellas Artes por el lanzamiento de Luna Grande, donde habló de la muerte y se despidió.

 

“Así termina una historia que comenzó de la nada. Dame la mano, Llorona, que vengo muy lastimada. Señora, dame la mano, que vengo muy cansada”, expresó en abril de 2012.

 

 Su último viaje fue a España, país que también formaba parte de su corazón y donde tenía grandes amigos, como Pedro Almodóvar.

 

“Sabía perfectamente bien cuáles eran los costos, y claro que valió la pena. Le dije adiós a Federico, les dije adiós a mis amigos y le dije adiós a España. Y ahora vengo a morir a mi país” y así fue.

“SILENCIO, SILENCIO: A PARTIR DE HOY LAS AMARGURAS VOLVERÁN A SER AMARGAS… SE HA IDO LA GRAN DAMA CHAVELA VARGAS (sic)”, fue el mensaje con el que se anunció su partida.

 

Joaquín Sabina afirmó que, por su obra y su personalidad, Chavela Vargas era un patrimonio vivo de la cultura iberoamericana.

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